Hola Hermanos:
Aquí tengo una pequeña reflexión de san Alfonso María di Liguori, en su libro De Corazón a Corazón en la Presencia de Dios: Meditaciones Bíblicas sobre el Silencio y la Soledad Cristiana.
"Primeramente en el silencio tenemos un gran medio para llegar a ser almas de oración, y para disponernos a tratar continuamente con Dios. Con dificultad se encuentra una persona espiritual que hable mucho. Todas las almas de oración aman el silencio, que se llama custodio de la inocencia, escudo contra las tentaciones y fuente de la oración; porque con el silencio se conserva la devoción, y durante el silencio se suscitan en la mente los buenos pensamientos.
“El silencio y la quietud obligan en cierta manera al alma a pensar en Dios y en los bienes eternos.” (San Bernardo) Por esto los Santos buscaban los montes, las grutas y los desiertos, para hallar aquel silencio y huir del tumulto del mundo, donde no se halla a Dios, como se dijo a Elías: El Señor no está en el terremoto. 'Levantóse, pues; comió y bebió, y anduvo con la fuerza de aquella comida cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios, Horeb. Allí metióse en una cueva, donde pasó la noche, y le dirigió Yahvé su palabra, diciendo: - ¿Qué haces aquí, Elías? El respondió: - He sentido vivo celo por Yahvé, Dios de los ejércitos, porque los hijos de Israel han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a cuchillo a tus profetas, de los que sólo he quedado yo, y me están buscando para quitarme la vida. Díjole Yahvé: - Sal afuera y ponte en el monte ante Yahvé. Y he aquí que va a pasar Yahvé. Y delante de él pasó un viento fuerte y poderoso que rompía los montes y quebraba las peñas, pero no estaba Yahvé en el viento. Y vino tras el viento un terremoto, pero no estaba Yahvé en el terremoto. Vino tras el terremoto un fuego, pero no estaba Yahvé en el fuego. Tras el fuego vino un ligero y blando susurro. Cuando lo oyó Elías, cubrióse el rostro con su manto, y, saliendo, se puso de pie a la entrada de la caverna y oyó una voz que le dirigía estas palabras: - ¿Qué haces aquí, Elías?” (1 Reyes 19)
No sé si ustedes están encontrando más silencio en estos días o menos; eso depende, en parte, de las circunstancias de casa y del trabajo, y, en parte, en como la persona busca el silencio. Definitivamente hay oportunidades de distracción o de "hacer lo mejor" con este tiempo que el coronavirus nos ha impuesto. El profeta Elías también estaba en una posición de temor y angustia, y se aprovechó de el para escuchar la voz del Señor. Hazte un favor: lee otra vez lo que San Alfonso escribe aquí, incluyendo las palabras del libro de 1 Reyes. Reflexiona de nuevo sobre el sentido del mensaje. Espero que encuentres algo del silencio y de la meditación.
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