Cada año, cuando llegamos a los días después de la Epifanía, me viene a la mente concretamente el conflicto entre los dos calendarios del Rito Romano. Normalmente es solamente una pequeña inconveniencia; pero a veces es algo que me molesta más. Por ejemplo, en el calendario nuevo (1970), las fiestas de los santos es diferente: celebramos a Santa Teresita el día 01 de octubre en vez del 03 de octubre. Ok, está bien. Espero dos días más y ya.
En la otra mano, hay cambios grandes, por ejemplo, la Fiesta de Corpus Christi. En el calendario antiguo (1570), habían dos fiestas distintas: la Fiesta de Corpus Christi, que se celebra(-ba) el jueves después de la Fiesta de la Santísima Trinidad; y la otra fiesta era la Fiesta de la Preciosísima Sangre, que se celebra(-ba) el día 01 de julio. Esto fue para distinguir entre los sentidos de las dos partes de la Eucaristía, el Cuerpo de Cristo y la Sangre de Cristo. Ahora en el calendario nuevo se observa una sola fiesta, la del Cuerpo y la Sangre de Cristo, que es el domingo después de la Fiesta de la Santísima Trinidad. Inmediatamente pensamos que está bien, porque es un solo sacrificio de Cristo, y lo que se encuentra en el Cuerpo también se encuentra en la Sangre. Pero, ¿quién me puede explicar las diferencias entre los dos elementos, y por qué se celebraba dos fiestas antes, por qué hay letanías de la Preciosísima Sangre? Nadie, porque en cambiar la fiesta, cambiamos el sentido de la Eucaristía, y esto es quizá más importante, el sentido de la recepción de la Comunión. Todo el mundo ahora quiere recibir bajo los dos especies. Bueno, esto es otro tema.
Por fin llego al punto de este mensaje: la temporada de la Navidad. En el calendario nuevo (1970), según las Normas Generales del Año Litúrgico y el Calendario, la temporada que se llama el Tiempo Ordinario empieza el lunes después del Bautizo del Señor. El Bautizo del Señor se celebra el domingo después del 06 de enero. Este año de 2020, entonces, la temporada de la Natividad del Señor termina con la fiesta del Bautizo del Señor, el 12 de enero; empezando el lunes, 13 de enero, según el calendario nuevo estaremos en el Tiempo Ordinario.
Ahora bien, en el calendario antiguo (1570), le temporada de la Navidad dura(-ba) desde el 25 de diciembre hasta el día 02 de febrero, con la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo y la Purificación de María, también conocida como la Candelaria. Muchos de ustedes finalmente quitan las decoraciones navideñas y hacen el levantamiento del Niño Dios aquel día porque por siglos así era la manera de celebrar la Natividad.
Dependiendo en cuál calendario uno está siguiendo (normalmente el calendario nuevo), las costumbres son distintas. Si uno sigue el calendario nuevo, las figuras del Nacimiento, el Niño Dios, los arboles, las decoraciones duran sólo hasta el 12 de enero: para el 13 ya no es Navidad. Las vestimentas del padre son de color verde, y las lecturas son de Tiempo Ordinario. Luego tres semanas después hacen el levantamiento y la Candelaria. Pero si uno sigue el calendario antiguo, las decoraciones siguen hasta el 02 de febrero con la Candelaria. El padre usa vestimentas blancas, las lecturas y oraciones son de la Navidad, y acompañamos a la Sagrada Familia todo ese tiempo, porque ellos todavía están en Belén.
Esto es un ejemplo de la confusión de los cambios después del Concilio. Tal vez no es gran problema, tal vez no le molesta nada, y ¡qué bien si es así! Lo que yo veo es una desconexión entre la gran y larga tradición de la Iglesia y el deseo de hacer las cosas más prácticas. Prácticamente no vamos a ver ninguna inconveniencia. Si vamos a Misa en la parroquia normal, todo será con Tiempo Ordinario, pero los domingos todo será de la Navidad. No pasa nada. Sólo que a mí no me gusta tener que pasar tanto tiempo con un pie en un mundo tradicional y un pie en otro mundo menos tradicional, en la esquizofrenia litúrgica que salió en los años 70. Algo para pensar hermanos.
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