Rev. Evan Harkins R.I.P.

**Escribí el siguiente ayer, el 28 de enero 2020**  
     Hoy hermanos, recibí una llamada inesperada por un amigo que es sacerdote en otra diócesis. Me contó que, tristemente, un amigo nuestro del seminario, el Reverendo Padre Evan Patricio Harkins—uno de mis mejores amigos—murió anoche. La policía está investigando el incidente, que hasta este momento parece que fue un suicidio. 

     El padre Harkins era--como yo--experto en la liturgia; estudió el derecho canónico, era párroco de varias parroquias, ofrecía la Misa antigua y la Misa nueva. El padre Dylan Schrader, el padre Nicolás Winker (párroco de la parroquia de Santa Ana), el padre Evan Harkins, y yo éramos cuatro amigos inseparables. En el seminario nos dieron el nombre "los cuatro caballeros del Apocalipsis," porque siempre andábamos juntos. Salíamos a comer tacos, al cine, a retiros, a tomar cafe, y a rezar juntos.
     Padre Evan Harkins tenía un buen sentido de humor y se reía de una manera chistosa. Empezó con un gran respiro y los ojos cerrados, y luego una carcajada a veces acompañada por lágrimas de felicidad. Antes de contarnos un chiste, siempre le salía una pequeña sonrisa en la boca, que puede detectar en la foto aquí. Al Padre Evan le gustaba viajar, estar con su familia, enseñar la doctrina, y celebrar la Misa. A los 35 años de edad, ya era una figura importante en su diócesis, que no tiene a muchos sacerdotes. Era amigo de muchos, y yo me incluyo en ese número. Fue un honor haber conocido al padre Evan y de ser su buen amigo.

El Padre Harkins, el Padre Dylan y yo, ayudando al Cardenal

     Según el periódico, el padre se suicidó. Él trabajaba demasiado, no tomaba sus descansos, no contactaba a nosotros sus amigos, y sufrió de la ansiedad. Empezó a tomar medicinas para controlar la ansiedad, uno de los efectos secundarios del cual es sufrir de pensamientos de suicidio. Quiero recordarles lo que enseña la Iglesia sobre el suicidio, que es una verdadera tragedia:

"2281 El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obligados. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo." 

2282... Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida.  

2283 No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado por caminos que Él solo conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que atentado contra su vida."

     Mucha gente no sabe la profundidad de lo que les he dicho: que ya no hay muchos sacerdotes. No saben que el trabajo es mucho, que la vida parroquial es más y más complicada, y que la vida sacerdotal puede ser muy difícil. Obviamente la vida no es fácil para nadie. Por favor, recemos por los sacerdotes del mundo.

                   ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
Oh Dios Eterno y Todopoderoso, mira el rostro de Tu Hijo, y por el amor de Aquel que es el Sumo Sacerdote eterno, ten piedad de Tus Sacerdotes. Recuerda, oh Dios compasivo, que no son mas que seres humanos, débiles y frágiles. Agite en ellos la gracia de su vocación que está en ellos por la imposición de las manos del obispo. Mantenlos cerca de Ti, para que el enemigo no prevalezca contra ellos, para que nunca hagan nada en lo más mínimo indigno de su sublime vocación.

 
Oh Jesús, Te ruego 

      por tus Sacerdotes fieles y fervientes; 

      por Tus Sacerdotes infieles y tibios; 

      por Tus Sacerdotes que trabajan en casa o en el extranjero, en 

         campos misioneros distantes; 

      por Tus Sacerdotes tentados; 

      por Tus Sacerdotes solitarios; 

      por Tus Sacerdotes moribundos; 

      por las almas de Tus Sacerdotes en el Purgatorio. 

Sobre todo Te recomiendo los Sacerdotes más queridos para mí; 

      el Sacerdote que me bautizó; 

      los Sacerdotes que me absolvieron de mis pecados; 

      los Sacerdotes en cuyas Misas he asistido, y que me dieron Tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión; 

      los Sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, o que me ayudaron y alentaron; 

      todos los Sacerdotes con quienes estoy en deuda de cualquier otra manera, 

          particularmente N. (nombre de sacerdote). 

Oh Jesús, mantenlos a todos cerca de Tu Corazón y bendícelos abundantemente en el tiempo y en la eternidad. Amén.

-Ricardo Cardenal Cushing (1895-1970), Arzobispo de Boston

Reverendo Padre Evan Patrick Harkins, mi amigo y hermano, Sacerdote de Jesucristo, que descanses en paz. Te voy a extrañar.