Primera carta de san Pedro (2:9-16)
9 Ustedes, en cambio, son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz:
10 ustedes, que antes no eran un pueblo, ahora son el Pueblo de Dios; ustedes que antes no habían obtenido la misericordia, ahora la han alcanzado.
Uno de los documentos menos conocidos del Segundo Concilio Vaticano es el documento Apostólicam actuositatem, que quiere decir, La Actividad Apostólica. Dense cuenta del adjetivo "actuosa". ¿Se acuerdan de ese adjetivo? Cuando estábamos analizando el documento sobre la liturgia, Sacrosanctum Concilium, yo les expliqué la diferencia entre "participatio activa" (participación activa) y "participatio actuosa" (participación actual). El documento de la liturgia utiliza "actuosa" = actual, igual que aquí. Debemos entender, entonces, que cuando hablamos de la actividad apostólica y activa de la Iglesia, y específicamente de los laicos, que estamos hablando de la actividad actual.
Menciono esto por lo que escribe San Pedro aquí en el segundo capítulo de su primera carta. Hablando a todos, dice que somos "una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, y un pueblo adquirido." Eso habla de la Iglesia en total, no solo de los religiosos y obispos. El Señor nos llamó y nos consagró para ser su nuevo pueblo, el nuevo Israel. Los israelitas quebraron los mandamientos de Dios y ahora nosotros, redimidos en la Sangre de Cristo, hemos sido llamados a un nivel más alto aún. Nuestra responsabilidad es de "anunciar las maravillas" de Dios, compartiendo la luz del evangelio que nos rescató de las tinieblas.
Antes, no éramos unidos en nada; éramos gente de muchas razas y culturas, separadas por muchas cosas distintas. Ahora en Cristo, formamos un solo cuerpo, un Pueblo de Dios. El documento Apostolicam actuositatem está dedicado al apostolado de los laicos. El Concilio quería promover el trabajo de los laicos en la fábrica, la escuela, las misiones, en una palabra, en todos los lugares seglares del mundo para la santificación de este mundo. Les recomiendo que lean ese documento, o tal vez los podemos hacer todos juntos.
11 Queridos míos, yo los exhorto, como a gente de paso y extranjeros: no cedan a esos deseos carnales que combaten contra el alma.
12 Observen una buena conducta en medio de los paganos y así, los mismos que ahora calumnian, como a malhechores, a ver sus buenas obras, tendrán que glorificar a Dios el día de su Visita.
13 Respeten a toda autoridad humana como quiere el Señor;
14 ya sea el rey, porque es el soberano, ya sea a los gobernadores, como delegados por él para castigar a los que obran el mal y recompensar a los que practican el bien.
15 La voluntad de Dios es que ustedes, practicando el bien, pongan freno a la ignorancia de los insensatos.
16 Procedan como hombres verdaderamente libres, obedeciendo a Dios, y no como quienes hacen de la libertad una excusa para su malicia.
Entendiendo que somos parte de la Iglesia de Dios y que estamos llamados a anunciar la luz de Cristo, ahora nos exhorta San Pedro a vivir de una manera que dé honor a Cristo y a nosotros mismos como sus hijos. Los temas son: 1) de no ceder el paso a los malos deseos; 2) de dar buen ejemplo a los paganos entre quienes vivimos; 3) de respetar a todos los que tienen autoridad sobre nosotros, a los reyes y gobernadores. De hecho, estamos obligados de obedecer las leyes establecidas legítimamente por los gobiernos. Eso es porque gobiernan con el permiso de Dios. Pero, ¿qué debemos hacer frente a leyes inmorales o no establecidas legítimamente? Obviamente, no estamos obligados a obedecer a una ley falsa; a veces estamos obligados a resistir con fuerza las leyes inmorales. El caso más grande de eso es la ley del aborto. Porque es una ley inmoral, muchos luchan para eliminar la ley y debemos por lo menos rezar por la eliminación del aborto en todas sus formas.
Finalmente, San Pedro dice que debemos proceder "como hombres verdaderamente libres, obedeciendo a Dios..."Al principio eso nos suena un poco raro, tal vez. ¿Cómo puede ser uno 'libre' y al mismo instante 'obedecer'? Es una de las contradicciones del mundo moderno. En estos tiempos, muchos creen que la libertad consiste en hacer lo que le dé la gana, cuando de hecho, la verdadera libertad se encuentra en la posibilidad de escoger el bien, en este caso, de obedecer a Dios.
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